jueves, 24 de julio de 2008

Chiapas - Pedro Guerra

… y miren lo que son las cosas
Porque para que nos vieran
Nos tapamos el rostro
Para que nos nombraran
Nos negamos el nombre
Apostamos el presente
Para tener futuro
Y para vivir
Morimos…

¡Es el petróleo, estúpido!


Noam Chomsky


La negociación en marcha entre el Ministerio del Petróleo iraquí y cuatro compañías petroleras genera interrogantes sobre la naturaleza de la invasión y ocupación de Irak que deberían traducirse en otras tantas preguntas dirigidas a los candidatos presidenciales y en cuestiones seriamente discutidas en los Estados Unidos, y por supuesto, en el Irak ocupado, en donde parece que la población debería tener algún que otro papel en la configuración del futuro de su país.
Las negociaciones en curso de Exxon Mobile, Shell, Total y BP —los socios originales hace décadas de la Iraq Petroleum Company, ahora unidos por Chevron y otras compañías menores— son para renovar la concesión petrolera que perdieron por la nacionalización en la época en que los productores de petróleo trataron de hacerse con el control de sus propios recursos. Los contratos no firmados, aparentemente escritos por las empresas petroleras con la ayuda de funcionarios de EEUU, prevalecieron sobre las ofertas de más de otras 40 compañías, entre las que se incluían las de China, India y Rusia.
"Existe la sospecha en el mundo árabe, y entre sectores del pueblo estadounidense, de que EEUU fue a la guerra contra Irak para extraer el petróleo que pretenden asegurar con estos contratos", declaró Andrew E. Kramer a The New York Times.
La referencia de Kramer a la "sospecha" es un eufemismo. Incluso es muy probable que la ocupación militar sea la que ha tomado la iniciativa de restaurar la odiada Iraq Petroleum Company, la cual, como Seamos Milne escribió en el London Guardian, fue impuesta bajo la ocupación británica para "comerse la riqueza iraquí en un famoso acuerdo de explotación".
Informes posteriores hablan de retrasos en la puja. Buena parte de esto sucede en secreto, y no sería sorprendente que vieran la luz nuevos escándalos.
La exigencia podría ser mucho más vehemente. En Irak se hallan las que tal vez sean las segundas reservas de petróleo en el mundo, y su extracción es muy barata: nada de permafrost [capa subterránea de hielo; T.], nada de arenas betuminosas, nada de perforaciones marítimas abisales. Para los estrategas de EEUU, es primordial que Irak permanezca bajo su control toral, como un estado cliente sumiso que alojará también más bases militares de EEUU, justo en el corazón del lugar del mundo con mayores reservas energéticas.
Que no eran otros los motivos de la invasión, estaba claro incluso a pesar de los sucesivos pretextos: las armas de destrucción masiva, los lazos de Sadam con Al Qaeda, o la defensa de la democracia y la guerra contra el terrorismo, el cual, como se preveía, aumentó tras la invasión.
El pasado noviembre, las designios que los guiaban se hicieron explícitos, al firmar el presidente Bush y el primer ministro iraquí, Nouri Al Maliki, una "declaración de principios" que pasaba por encima del Congreso estadounidense y del parlamento iraquí, así como de las poblaciones de ambos países.
La declaración deja abierta la posibilidad de presencia militar norteamericana en Irak indefinidamente, presencia que, con toda probabilidad, incluye el enorme número de bases aéreas que ahora están construyéndose por todo el país, así como la "embajada" en Bagdad, una verdadera ciudad dentro de la ciudad, una embajada única en el mundo. Nada de eso se construye ahora para ser abandonado en el futuro.
Contiene también en la declaración una descarada afirmación sobre la explotación de recursos de Irak. Dice que la economía de Irak –es decir, sus recursos petroleros— debe abrirse más a la inversión extranjera, "especialmente a las inversiones estadounidenses". Esto está cerca de un pronunciamiento, según el cual, por lo mismo que os invadimos, podemos controlar vuestro país y tener acceso privilegiado a vuestros recursos. La gravedad y el alcance de este compromiso fueron subrayados el pasado enero, cuando el Presidente Bush hizo pública una "declaración firmada" en donde manifestaba su voluntad de rechazar cualquier toda iniciativa legislativa del Congreso que pusiera cortapisas a la financiación "para establecer instalaciones militares o bases con el propósito de ejercer el estacionamiento permanente de las fuerzas armadas estadounidenses en Irak" o "para ejercer el control estadounidense de los recursos petrolíferos de Irak".
El prolijo recurso a "declaraciones firmadas" tendentes a ampliar el poder del Ejecutivo es otra de las innovaciones de Bush, y ha sido condenada por la Asociación de Abogados de Estados Unidos como "contraria al imperio de la ley y a la tradicional división constitucional de poderes". En vano.
No sorprende que la declaración suscitara inmediatamente objeciones en Irak. Entre ellas, las de los sindicatos iraquíes, que sobreviven como pueden bajo las severas leyes antisindicales aprobadas bajo Saddam y mantenidas en todo su vigor por la ocupación.
La propaganda de Washington acusa a Irán de dominar el Irak. Los problemas de EEUU en Irak son culpa de Irán. La Secretaria de Estado Condoleezza Rice ve una solución simple: las "fuerzas extranjeras" y las "armas extranjeras" deben ser retiradas de Irak; las de Irán, claro, no las nuestras.
El pulso con el programa nuclear de Irán aumenta las tensiones. La política hacia Irán del "régimen del cambio" de la administración Bush viene con presagios de amenazas de fuerza (aquí Bush se halla acompañado por los dos candidatos a la presidencia de EEUU). Esa política incluye también actos de terrorismo en territorio iraní — de nuevo legítimos, según los gobernantes del mundo—. Una mayoría del pueblo de EEUU está a favor de la diplomacia y se opone al uso de la fuerza. Mas la opinión pública es irrelevante para estos políticos, y no solamente en este caso.
Resulta irónico que Irak se esté convirtiendo en un consorcio irano-estadounidense. El gobierno de Maliki representa al sector de la sociedad iraquí que más apoyos tiene de Irán. El llamado ejército iraquí —en realidad, una milicia más— está ampliamente sustentado en la brigada de Badr, que fue preparada en Irán y luchó en el bando iraní durante la guerra de Irak e Irán. Según Nair Rosen, uno de los más perspicaces e informados corresponsales de la región, el objetivo principal de las operaciones militares conjuntas EEUU-Maliki es Moqtada al-Sadr, quien tampoco gusta a Irán: es independiente y tiene apoyo popular, y por consiguiente, peligroso.
Irán "apoyó claramente al Primer Ministro Maliki y al gobierno iraquí contra lo que ellos denominaban 'grupos ilegales armados' (de las milicias de Mahdi Moqtada) en el reciente conflicto de Basora", escribe Rotsen, "lo que no es sorprendente, dado que su principal representante en Irak, el Concilio islámico supremo de Irak, domina el estado iraquí y es el principal partidario de Maliki".
"No hay un representante de la guerra en Irak", concluye Rosen, "porque EEUU e Irán comparten el mismo representante".
Teherán está presumiblemente complacido al ver que EEUU instituyó y mantiene a un gobierno en Irak receptivo a su influencia. Para el pueblo iraquí, sin embargo, este gobierno continúa siendo un desastre, muy próximo a lo peor por venir.
En Asuntos Exteriores, Seven Simon señala que la estrategia contrainsurgente actual de EEUU está "alimentando a las tres fuerzas que tradicionalmente han amenazado la estabilidad del Oriente Medio: el tribalismo, los señores de la guerra y el sectarismo". El resultado podría ser "un estado fuerte y centralizado gobernado por una junta militar parecida" al régimen de Saddam.
Si Washington consigue sus objetivos, entonces sus acciones están justificadas. Las reacciones son harto diferentes cuando Vladimir Putin tiene éxito en la pacificación de Chechenia, en un grado muy superior a todo lo conseguido por el general David Petraeus en Irak. Pero aquello son ELLOS, y esto es EEUU. Los criterios son completamente diferentes.
En EEUU los demócratas se han visto reducidos al silencio por el aparente éxito del aumento del número de soldados desplegados en Irak. Su silencio refleja que las críticas contra la guerra no son una cuestión de principios. Según esta manera de ver el mundo, si se están logrando tus objetivos, la guerra y la ocupación están justificadas. Los idílicos negocios petrolíferos van en el lote.
De hecho, toda la invasión es un crimen de guerra; y en verdad, el crimen internacional supremo, que difiere de otros crímenes de guerra en que provoca todo el mal que sigue, según los términos de la sentencia de Nuremberg. Este es uno de los temas que no pueden debatirse ni en la campaña electoral ni en ninguna parte. ¿Por qué estamos en Irak? ¿Cuánto debemos a los iraquíes por destruir su país? La mayoría del pueblo estadounidense está a favor de la retirada de EEUU de Irak. ¿Se escucharán su voz?


domingo, 20 de julio de 2008

Ofensa en adiós a las víctimas de La Cantuta


Más de una hora se tuvo que esperar para enterrar los restos de los asesinados por el Grupo Colina. Ministra de Justicia pidió disculpas por impasse.

La mañana de ayer, Gisela Ortiz, la voz de los deudos de la matanza de La Cantuta, llegó serena y tranquila a la iglesia La Recoleta. Saludó amenamente a los familiares que esperaban la hora de la partida final al cementerio El Ángel. Había llegado el día de sepultar los restos de las víctimas del Grupo Colina asesinados el 18 de julio de 1992. Gisela esperaba un día duro, pero no contaba que iba a encontrarse con un escollo del Ministerio de Justicia en pleno cementerio, al cual lo calificó como una “afrenta oficial” contra sus seres queridos.


En la iglesia La Recoleta, antes de que los restos fueran llevados al cementerio, la tristeza no se movía del lugar. Raida Cóndor, madre de Armando Amaro Cóndor, rezaba; una jovencita deshojaba rosas y también oraba; un niño contaba los seis pequeños féretros y luego se persignaba. Los restos no alcanzaron para completar diez ataúdes. Meditación, rezos y peticiones primaban en la iglesia que se llenó rápidamente. A las 10:30 de la mañana los periodistas y los que no eran familiares tuvieron que dejar el lugar. Afuera, decenas de alumnos de San Marcos y La Cantuta preparaban sus banderas y sus voces para acompañar a los estudiantes caídos en la dictadura.


Fue curioso. No hubo ningún representante visible del gobierno. Sólo Jorge del Castillo envió un arreglo floral, pero a título personal. “Lo que pedimos es que este gobierno garantice que no ocurrirá un crimen similar al que se cometió contra nuestros familiares”, dijo Gisela. Llegaba más y más gente a la iglesia, y ella hacía las coordinaciones para que todo saliese bien y todo iba saliendo. En el cementerio fue la afrenta.


Antes de que subiesen los féretros a las carrozas, fueron paseados por el jirón Camaná, y las avenidas Uruguay y Garcilaso de la Vega. Voces y cantos, llenaban las calles; arengas de estudiantes y familiares. Desde los autos miradas sorprendidas saludaban el acto, habían aplausos, y gritos: “Fujimori debe pagar sus culpas”. Gisela siempre a la cabeza de la caravana, arengaba: “Cuando un estudiante muere, nunca muere”.


El 18 de julio de 1992, luego de matar a los estudiantes y al profesor, los asesinos del Grupo Colina los descuartizaron y quemaron, enterrándolos torpemente en la zona de tiro de Huachipa. Tiempo después, los desenterraron y volvieron a enterrar en un descampado de Cieneguilla. En abril de 1993, por órdenes de Hermoza Ríos, los asesinos los desenterraron de nuevo para desaparecerlos y no dejar huellas. Sin embargo, se olvidaron un cráneo, del hermano de Gisela Ortiz, el cual fue una huella importante para dar con los culpables del horrendo crimen de la dictadura.


En la puerta del cementerio, Gisela sigue serena. Camina firme, al lado de los féretros, pero tiene en la mano un paquetito de toallitas para secarse las lágrimas. Desde la Puerta Uno del cementerio, se tuvo que caminar como tres cuadras. Se pasaron, entre otros, los pabellones de San Eloy, San Afrodisio, San Enrique, San Euraclio. El mausoleo de La Cantuta, pagado por los familiares, queda frente al pabellón San Estanislao.


La afrenta

Cuando los féretros estaban listos para ser enterrados, Gisela Ortiz fue a hablar con los encargados de la Beneficencia Pública de Lima. Entonces, se dio cuenta que el Ministerio de Justicia no había hecho las gestiones para el entierro. “Nos parece una afrenta y una falta de respeto. A pesar de los mandatos de la Corte Interamericana de Derechos Humanos, el Ministerio no se dignó a hacer las gestiones para que nuestros seres queridos sean enterrados sin problemas”, denunció ante los medios. Pasó más de una hora antes de que, por fin, se iniciara el entierro. Una demora abusiva, por un descuido oficial. Aunque la ministra de Justicia, Rosario Fernández, ofreció disculpas.


Sin embargo, llegó el momento de la despedida final. Fue ahí que Gisela, tras mantenerse serena desde la mañana, lloró. La toallitas hicieron su trabajo. “Por nuestra memoria y nuestra lucha viven en nuestros corazones siempre”, dijo y lanzó una rosa blanca a la tumba.


Hay temas pendientes

“Recordamos los 16 años con esperanza y aliento, con algunos avances en acceso a la justicia con la condena a los miembros del Grupo Colina y a Julio Salazar Monroe, y en perspectiva con la de Fujimori, Montesinos y Pérez Documet. Con la entrega de los restos identificados hay un avance en las recomendaciones de la sentencia de la Corte Interamericana de Derechos Humanos (CIDH). Sin embargo, aún está pendiente hallar e identificar los cuerpos de otras víctimas, así como la entrega de una indemnización a sus familiares, tal como lo determina el fallo de la CIDH. Esperamos que en el resto de este año el Estado siga cumpliendo con las obligaciones de dicha resolución”, manifestó el director de la Asociación Pro Derechos Humanos (Aprodeh), Francisco Soberón.


En el entierro, faltó un gesto decoroso del gobierno. La ausencia es una mala señal.

DETALLE
Gisela Ortiz: “Espero que sea la última vez que sepultemos los restos de nuestros seres queridos. Estamos tranquilos porque sabemos que la justicia viene llegando. Han sido enterrados y desenterrados tres veces por los asesinos, y luego dos veces por nosotros para buscar justicia”.

Las víctimas

Los estudiantes Luis Enrique Ortiz Perea, Armando Richard Amaro Cóndor, Bertila Lozano Torres, Dora Oyague Fierro, Robert Edgar Teodoro Espinoza, Heráclides Pablo Meza, Felipe Flores Chipana, Marcelino Rosales Cárdenas, Juan Gabriel Mariños Figueroa, y el profesor Hugo Muñoz.

domingo, 13 de julio de 2008

El paro en el Perú y en Lima

Si Lima hizo ganar las elecciones a García contra Humala, este 9 de julio, la misma ciudad capital fue otra vez el punto más débil del paro. Es verdad que la ciudad tenía un aspecto diferente, un aire de domingo en muchos sectores, pero salvo los movilizados a Dos de Mayo (muchos más que en otras ocasiones), y los que actuaron en los conos, los demás vieron de lejos la protesta. Si hay alguna duda sobre la fuerza movilizada, es la que plantea Lima.
Eso lo sabían los organizadores y es lo que en otras ocasiones ha llevado a denominar como “jornada de lucha”, para decir que mientras en los departamentos con mayor nivel organizativo se hacen paralizaciones, en la metrópoli se realiza lo que sea posible, en particular una marcha por las calles para difundir la plataforma. Pero esta vez se decidió un paro, que obligaba a ir más lejos, lo que se consiguió a medias.
¿Por qué Lima está a la derecha del resto del país? Para los conservadores, incluido García, es porque aquí están los modernos, los cosmopolitas, los educados. Si trajéramos a todos los serranos a Lima o la costa moderna, los globalizaríamos y se acabarían los conflictos, los humalas y los huamanes. Ese es pensamiento de ya saben quién, que serrano, sureño, selvático, son sinónimos de ignorantes.
Pero otra manera de ver el asunto es tener presente los siguientes datos: (a) Lima es el centro del poder, y aquí viven los ganadores del modelo y muchos que creen que todavía pueden serlo; (b) Lima es el principal consumidor de medios masivos de comunicación, casi sin alternativas (La Primera, es una excepción); (c) Lima es un océano de pequeña propiedad, autoempleo y recurseo, que obliga a las personas a estar pendientes del día a día. En esta ciudad, de ocho millones de habitantes, no hay plataformas comunes, puntos de encuentro, sentimientos de identidad.
Algo muy distinto a las provincias donde la gente tiene claro la lista de problemas que deben ser resueltos con la lucha de todos, donde uno se siente parte de una historia común y donde las organizaciones son visibles para la población. Ahí existen medios de expresión local: televisión, radio, periódicos, con perspectivas que no son equivalentes a la prensa limeña. El pequeño productor no se percibe tan sólo como en la capital, ni cree que por un día de no trabajo perderá su clientela.
¿Puede gobernarse el Perú sólo apoyado en Lima, que además ya no es la fortaleza de las elecciones del 2006, sino una base debilitada del sistema? Es esta pregunta la que tiene que responder el Gobierno. Tal vez eso hizo dudar a García el día del paro cuando reconoció el descontento. Pero al día siguiente estaba de nuevo insultando a todo el mundo.
Raúl Wiener

miércoles, 9 de julio de 2008

Filosofía castillista del paro

El paro debe ser pacífico, por eso sacamos a las Fuerzas Armadas a las calles el 9 de julio, e insistiremos tercamente en la ley que exime de responsabilidad a soldados y policías cuando producen muertos y heridos al usar sus armas de fuego, durante las manifestaciones públicas. O sea, pacífico pero con tanques en las calles.
Respetamos, claro, el derecho a la protesta. Por eso estamos dictando una disposición para que se pague una bonificación (15 soles, pero algo es algo) a los que rompan la huelga y además pondremos hombres armados en el transporte público. Ilegalizamos la medida y estamos estudiando qué sanciones pueden recaer en los huelguistas.
Los gremios pueden parar, no hay problema, pero eso no quita que el premier esté 24 horas al día, desde hace dos semanas, haciendo reuniones con gremios fantasmas para que no acaten el paro y lanzando ofrecimientos de arreglo, que antes no hacía, al que declare contra el paro.
Tenemos fundado temor que los vándalos se aprovechen de la situación para producir actos incontrolables y afectar la imagen del país, y en mérito a ello hemos decidido mantener la reunión de APEC en Cusco, el día del paro, para que los organizadores de la protesta se encarguen de la llegada, desplazamiento y tranquilidad con la que se desarrollarán las sesiones. Y ya se les ha advertido a los cusqueños que si hacen paro no habrá APEC en noviembre, y se prohibirá a los visitantes viajar a esa ciudad y conocer Machu Picchu.
Los paros no deben ser políticos, sino puramente laborales, o sea los que tienen objetivos políticos no deben participar de ellos, como ocurrió con el de 2004, en el que participó el APRA contra Toledo, y García marchó por Alfonso Ugarte repartiendo pataditas y preparando su candidatura para el 2006.
Al gobierno no le preocupa el paro, porque finalmente qué representatividad tiene la CGTP (si Aldo M ya descubrió que sus direcciones corresponden a chifas o fotocopiadoras), y no sé cuántos gremios han dicho que no acatan, y finalmente porque después del 9, lo que viene es el 10, según genialidad matemática de AGP, o sea no hay problema, pero todos los días García, Del Castillo, Rey, Aráoz, Garrido, Gonzales, Cabanillas y otros declaran sobre el paro que no importa, aumentan sus presiones, piden más titulares a sus amigos de los diarios, reúnen más tropa, buscan más rompehuelgas, etc.
En la coherencia, hermanos, qué le vamos a hacer.
Por: Raúl Wiener